domingo, 6 de julio de 2008

Con la magia de su poesía, regresó “El Vislumbre” a Santiago

Santiago Suárez y Ernesto Guevara volvieron una noche. Fue una noche cálida, de emociones fuertes, de ansiedades contenidas y de expresiones sentidas de estos dos jóvenes músicos que marcaron una impronta en su música testimonial.
La noche del sábado fue cuando se subieron a cantar juntos otra vez, como lo hicieron cuando se iniciaron, hace quince años con “el vislumbre”. Ahora, Santiago y Ernesto retomaron la senda que dejaron hace nueve años.
Con un público fiel, brillaron con sus interpretaciones, tanto con las nuevas composiciones como con aquellas que lo consagraron: desde Como abrojo de mi monte hasta Como hilo de plata, Cada señal y Cual es el destino. Fue en el Paraninfo de la Unse.
Sonaron muy bien, se los vió más afiatados y, en una comunión permanente con el público, iluminaron con su reflejo de luz resignificado en un estado espiritual pleno. Santiago y Ernesto, dos amigos de la vida, dos jóvenes hermanados por la música.
Su repertorio revela rebeldía, apego por la vida, sentimientos profundos por las raíces, respeto reverencial por sus mayores, ponderación máxima por quienes legaron historia folclórica a este Santiago “enduendado de leyendas”.
A partir de ahora, después de estar separados nueve años, Santiago Suárez y Ernesto Guevara intentarán vislumbrar un camino que los lleve a la consolidación. Es que, de solo escucharlos hablar y cantar, eso es lo que trasluce desde sus almas y que desde ahora es casi un hecho la vuelta definitiva de un dúo que marco y seguirá marcando huellas en sus seguidores.

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